Susi tenía 20 años y toda su vida había querido ser médico. Para pagarse los estudios de medicina, Susi pasaba las tardes enseñando a patinar a un grupo de niños, hijos de clase alta; cuyos padres habían decidido que deberían aprender algo diferente, y no dedicarse al futbol como el resto de sus compañeros de clase. Una tarde durante las clases de patinaje, Susi resbaló y se partió una pierna y dos costillas. Después de tres meses de rehabilitación y ya en perfecto estado. Susi decidió que jamás, jamás volvería a estudiar medicina.
Dios, como echo de menos patinar!!.
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